Códigos Azules en Vuelo
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La caja negra de un avión es un dispositivo crucial en la investigación de accidentes aéreos. Proporciona información vital para comprender las acciones y decisiones tomadas por la tripulación durante el vuelo dando respuesta a muchas de las incógnitas que puedan surgir lo que ayudará a crear nuevos protocolos de actuación y evitar futuros incidentes en similares circunstancias.
Hablamos de cajas negras en plural porque la legislación aérea internacional decreta como obligatorio llevar dos (en el caso de vuelos comerciales). Se trata de dos cajas completamente blindadas de titanio y acero que almacenan grabaciones en discos de estado sólido. Pesan aproximadamente unos 4,5 kilogramos y tienen forma rectangular.
Ambas registran datos que serán útiles en investigaciones posteriores, pudiendo llegar a ser concluyentes. Proporcionan información vital para reconstruir la secuencia de hechos previos a un accidente, por lo que en muchas ocasiones esclarecen cómo y por qué ocurrió el infortunio.
La caja negra se compone de dos partes principales: el grabador de datos de vuelo (FDR, por sus siglas en inglés) y el grabador de voces de la cabina (CVR)
La caja negra está diseñada para resistir condiciones extremas, como altas temperaturas, impactos y sumersión en agua. Esto asegura que los datos almacenados no se pierdan en caso de un accidente. Igualmente, la caja negra está equipada con un localizador de emergencia, que permite su localización rápida en caso de que la aeronave se estrelle.
A pesar de su nombre, la caja negra de un avión no es de color negro, sino que está pintada de un color llamativo y brillante, generalmente naranja, para facilitar su localización en caso de un accidente.
La ubicación exacta de la caja negra puede variar según el diseño de la aeronave, pero, generalmente, se encuentra en la parte trasera del avión, cerca de la cola. Esto se debe a que el área suele ser menos afectada en caso de un accidente.
Las cajas negras de un avión son verdaderas maravillas tecnológicas. La cantidad de información que son capaces de recopilar y la resistencia que tienen para proteger estos datos es asombrosa.
Un Flight Data Recorder (FDR) moderno puede registrar hasta 25 horas de datos de vuelo. Esto incluye más de 700 parámetros diferentes, desde la velocidad, altitud y rumbo del avión hasta la posición de los flaps y la presión del motor. También se registran detalles más finos como la posición de la palanca de mando, la configuración del tren de aterrizaje, la temperatura del aceite del motor, e incluso el ángulo de los alerones.
Por otro lado, el Cockpit Voice Recorder (CVR) puede grabar las últimas dos horas de todo lo que se oye en la cabina. Esto incluye las comunicaciones entre l@s pilotos de avión, las conversaciones con el control de tráfico aéreo, cualquier sonido de alarma o advertencia, así como cualquier otro ruido ambiente que pueda proporcionar información valiosa en una investigación de accidente.
En cuanto a la Protección y Almacenamiento de Datos, el corazón de una caja negra es el Crash-Survivable Memory Unit(CSMU), donde se almacenan todos los datos. Estos se graban en chips de memoria sólida, mucho más resistentes a los daños que los antiguos discos de memoria.
El CSMU está pensado para resistir condiciones extremas y se encuentra encerrado en una carcasa de acero inoxidable o de titanio recubierta de un aislamiento térmico para protegerlo del calor intenso que podría generarse durante un accidente. Igualmente, esta carcasa está diseñada para soportar un impacto equivalente a una caída de 3,400 metros, una presión de 5,000 psi y temperaturas de hasta 1,100 grados Celsius durante una hora.
Las cajas negras han evolucionado considerablemente desde su invención. Los avances recientes incluyen la adición de grabación de datos de imagen que puede capturar información de las pantallas de la cabina de vuelo y otros sistemas visuales. Esto puede ser especialmente útil para saber exactamente lo que los pilotos estaban viendo en los momentos previos a un accidente.
Cuando ocurre un accidente aéreo, la recuperación de las cajas negras es de máxima prioridad para los investigadores. Este proceso puede resultar un reto según las circunstancias del accidente, ubicación, condiciones ambientales y magnitud.
Para su localización, las propias cajas disponen de un sistema por el que emiten una señal ultrasónica, al menos, durante 30 días, ya sea debajo del agua o en zonas montañosas. En la actualidad, algunos aviones están equipados con un sistema de despliegue de cajas negras que, en caso de un accidente sobre el agua, se separan automáticamente del avión y flotan en la superficie facilitando su recuperación.
Una vez localizadas, deben ser recuperadas con sumo cuidado para evitar daños adicionales. En accidentes donde los restos del avión están sumergidos, esto puede requerir el uso de equipos de buceo o vehículos operados por control remoto.
Las cajas negras recuperadas se conservan y transportan de manera segura a laboratorios especializados donde los expertos descargarán los datos almacenados para su análisis. Este proceso puede ser muy complejo y llevar semanas o incluso meses antes de llegar a una conclusión definitiva.
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