El régimen de trabajo de las tripulaciones de vuelo es un tema que produce bastante curiosidad y la idea que se tiene es que trabajan poco y tienen mucho tiempo libre. Sin embargo, la realidad es que el tiempo de trabajo está distribuido de manera muy diferente a la mayoría de las ocupaciones laborales y, debido a la duración de los vuelos, hay días en los que la jornada puede ser muy larga. Por esto, los períodos de actividad y descansos están minuciosamente regulados para garantizar que la fatiga no comprometa la seguridad operacional de las aeronaves.
A finales del siglo pasado entraron en vigor las llamadas FTL (Flight Time Limitations), normativa europea sobre limitación de tiempo de trabajo y descansos de las tripulaciones aéreas. Esta normativa, combinada con los sistemas FRM (Flight Risk Management) de gestión de riesgos de la fatiga de las aerolíneas permite conciliar la protección del descanso con la flexibilidad que necesitan las compañías para operar de forma eficiente.
Así, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) tiene un papel fundamental a la hora de proveer a las autoridades nacionales, aerolíneas y tripulaciones con unas líneas básicas de interpretación para que la misma y su implementación se hagan de manera homogénea en toda Europa.
Por todo ello, existen unos registros de la actividad tanto de las aeronaves como de las tripulaciones, en los que se reflejan las horas de vuelo, descanso y entrenamientos, que se conservan durante un lapso de tiempo establecido por la autoridad para su consulta en caso de necesidad.
La normativa europea vigente regula en la llamada SUBPARTE Q – Circular 16B, las limitaciones del tiempo de vuelo y actividad y requisitos de descanso. En ella se contemplan todos los aspectos posibles desde el tipo de avión, ruta, número de despegues/aterrizajes, duración del vuelo, retrasos, nocturnidad, etc, para adaptar la operación a las circunstancias presentes. Veamos cuales son algunos de los puntos más relevantes:
El límite de horas diario vendrá dado por el número de despegues/aterrizajes, la hora de despegue, ruta, etc, debiendo distinguir entre horas de vuelo y horas de actividad en las que se incluye el tiempo de presentación previa, preparación de la aeronave y/o escalas.
El operador garantizará que el total de los períodos de actividad que se asignen a cada miembro de la tripulación no supere:
El operador garantizará que el tiempo total de vuelo que se asigne a cada tripulante no supere:
El periodo de actividad diario más largo puede llegar a las 18 horas 30 minutos, siempre que se cumplan unas condiciones de descanso a bordo que permitan a los tripulantes operar con seguridad.
Todo periodo de actividad deberá ir precedido de un periodo de descanso.
El periodo mínimo de descanso en tierra será de 10 horas y media o el equivalente a la actividad precedente, lo que resulte mayor, garantizando 8 horas en el alojamiento.
Igualmente, en los vuelos de largo recorrido y dependiendo de su duración se asegurará un tiempo de descanso en vuelo que permita el desarrollo seguro de la operación.
La planificación de rutas y horarios se hace a un mes vista, respetando los límites establecidos por la autoridad y/o el convenio colectivo. Las rutas se reparten de forma equitativa a lo largo del año de forma que todos los tripulantes hayan ido, más o menos, el mismo número de veces a cada destino de la flota a la que están adscrit@s.
En el caso de los pilotos, a la hora de repartir las rutas, existen factores a tener en cuenta como son los destinos con aeropuerto de mayor dificultad de maniobra que, debido a su complejidad, requieren capacitación adicional en el simulador.
La duración de los vuelos viene marcada por la flota en la que se desempeña la función. Las flotas de aviones de fuselaje estrecho están destinadas a vuelos de corto y medio radio y realizan etapas de máximo 5/6 horas mientras que las aeronaves de fuselaje ancho se utilizan para los vuelos largos pues son los que mayor autonomía tienen, pudiendo realizar vuelos de hasta 14 horas.
Las programaciones de los pilotos varían mucho dependiendo de la flota en la que vuelan.
En corto radio, donde principalmente se realizan vuelos domésticos y a Europa, las jornadas pueden estar divididas en servicios de hasta cinco días consecutivos, pudiendo dormir fuera de base o no. Esta secuencia, normalmente, irá seguida de un mínimo de dos días libres antes de comenzar una nueva secuencia o “línea”, como se denomina en el entorno.
En las flotas de vuelos de largo recorrido las líneas pueden ser de hasta 9 días consecutivos y el descanso posterior vendrá dado por los husos horarios que se hayan cruzado en el viaje, siendo 24 horas el mínimo generado antes de poder salir a volar de nuevo.
La normativa establece un mínimo de 8 días de descanso en base al mes. No obstante, cada compañía tiene sus propios acuerdos colectivos que, normalmente, superan esa cantidad. Por otro lado, las tripulaciones que vuelan largo recorrido y cambian de husos horarios generan otros tiempos de descanso, necesarios para adaptarse a dichos cambios horarios.
Así, las tripulaciones de vuelos de corto radio suelen tener entre 8 y 12 días libres al mes y las de largo radio entre 12 y 15 días, dependiendo de la compañía para la que trabajen.
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