Código Azul es el término utilizado para denominar a los incidentes sanitarios tiempo-dependientes, es decir, aquellos en los que cada minuto que se retrase el tratamiento adecuado se produce un aumento exponencial de la mortalidad del paciente.
Dentro de la formación de un piloto se incluirá, siempre, la materia de medicina aeronáutica en la que se trata este tipo de emergencias, preparando a estos profesionales para actuar de manera efectiva y oportuna.
Así mismo, las escuelas de aviación imparten cursos específicos en los que se abordan casos clínicos de esta índole, centrándose en un manejo práctico de los diferentes aspectos de estos Códigos Azules en vuelo que garantice la seguridad y bienestar de los pasajeros a bordo.
Estos cursos están orientados a que l@s comandantes/pilotos de líneas aéreas comerciales tengan la formación necesaria para decidir de manera rápida y efectiva qué incidentes sanitarios son código azul y cuáles no y reaccionen adecuadamente, diferenciando otras situaciones como, por ejemplo, un posible caso de Covid positivo que, si bien no es un código azul puro, dada su repercusión sociosanitaria las tripulaciones deben aprender a realizar el triaje y aislamiento de un pasajero que presente síntomas de infección por coronavirus durante la operación aérea.
Cuando se produce una emergencia médica que pone en peligro la vida de una persona durante el vuelo, el/la comandante deberá decidir si se desvía al aeropuerto más cercano o no. Las consideraciones importantes para tomar tal decisión incluyen no sólo las de la viabilidad técnica del aterrizaje en un aeropuerto adecuado, sino también que dicho aeropuerto disponga de infraestructura médica apropiada y otras modalidades de transporte médico que permitan el traslado del paciente a un hospital en caso de ser necesario. Por eso, la decisión de realizar un aterrizaje no programado siempre debe tomarse consciente de las posibilidades reales para el cuidado adicional del paciente. Según expertos de la Facultad de Medicina de University of Pittsburgh, el desvío se realiza solo en un 7% de los incidentes.
En caso de considerar necesario desviar el vuelo, el/la comandante informará a los centros de control de la zona de sus intenciones. En este momento se activará un protocolo de emergencia con el que los controladores despejarán la ruta para permitir una trayectoria directa hacia el aeropuerto elegido y coordinarán con los servicios médicos de urgencia para que ingresen al avión tan pronto como sea posible, una vez aterrizado. De allí, alrededor del 25% de los pacientes son trasladados en ambulancia a un hospital donde queda ingresado apenas un 9%.
Dentro de las diversas situaciones que pueden presentarse como código azul podemos encontrar, entre otras, las siguientes:
Un avión es un entorno que, debido a la presurización (por otro lado, necesaria), presenta unas condiciones similares a estar a una altura de entre 1500 y 2500 metros. Esto significa que el aire tiene menos oxigeno que el que se respira en la mayoría de las ciudades más pobladas del mundo las cuales suelen estar por debajo de esa altitud. Este factor puede empeorar ciertas afecciones de salud y las consecuencias más comunes son desmayos, problemas gastrointestinales y mareos, aunque el menor nivel de oxígeno también puede agravar síntomas respiratorios y cardiovasculares.
Siempre que se da una emergencia médica en un avión la tripulación, primeramente, solicitará colaboración de algún profesional entre el pasaje pues, si bien están entrenados para atender primeros auxilios básicos, incluida la reanimación cardiopulmonar y el uso del desfibrilador, contar con ayuda experta contribuirá, en mayor medida, a la correcta atención del paciente. Simultáneamente, se mantendrá informado al comandante del desarrollo de la situación para que, a su vez, tome las medidas oportunas y esté preparado para un posible desvío del vuelo.
Aunque es poco común, pues se recomienda no volar a partir de la semana 36 de gestación, un parto en vuelo también es algo que puede ocurrir. Aquí, de nuevo, se solicitará ayuda profesional entre los pasajeros y se atenderá de inmediato a la paciente haciendo uso del kit médico de emergencia (obligatorio en todos los aviones). La tripulación está preparada para aplicar unos procedimientos básicos hasta tomar tierra y que la nueva madre sea atendida por los servicios médicos del aeropuerto.
Esta situación es una de las más delicadas pues tratar a alguien con un brote psicótico no es tarea fácil ya que la persona puede ser impredecible. En este caso, la tripulación deberá intentar calmar al individuo al tiempo que informa a cabina de vuelo de todo lo que está pasando para que tomen las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad del vuelo y sus pasajeros.
Las compañías aéreas están obligadas a proporcionar a sus tripulaciones una mínima capacitación en primeros auxilios así como a llevar a bordo un botiquín de uso médico con material y medicamentos para tratar algunas de las afecciones más comunes que puedan surgir. No obstante, cuándo la gravedad de la emergencia lo requiere, lanzar un código azul que facilite un rápido aterrizaje es la solución más segura para la exitosa recuperación del paciente.
En World Aviation Flight Academy, los programas de formación están diseñados para cubrir todos los aspectos esenciales de la aviación, incluido el tratamiento de códigos azules y la medicina aeronáutica, asegurando que nuestr@s graduad@s sean pilotos competentes, segur@s y preparad@s para cualquier situación.
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