El deseo de volar ha estado presente en el ser humano desde la antigüedad. Ya en el año 300 a.C, los chinos inventaron la cometa, desarrollando técnicas para hacerla volar en el aire y dejando constancia de intentos de vuelo de seres humanos con las mismas.
Más tarde, hacia el 400 a.C, un estudioso de la Antigua Grecia, Arquitas de Tarento, construyó un artefacto de madera que bautizó con el nombre de “Peristera” (paloma, en griego). El aparato, con forma de ave, amarrado a unas cuerdas que permitían un vuelo controlado, era propulsado por un chorro de aire.
No obstante, el crédito del primer vuelo humano se le concede al bereber andaluz Abbás Ibn Firnás, nacido en Ronda (Málaga, España), de quien se cuenta que, en el año 875, saltó desde un lugar elevado en Córdoba con unas alas de madera cubiertas de seda y plumas. Al parecer, planeó durante unos 10 segundos antes de caer y romperse las dos piernas. Este vuelo sirvió de inspiración a Elmer de Malmesbury, un monje benedictino quien, un siglo después (hacia 1010) recorrió más de 200 metros en el aire sobre un aparato similar. Ambos pasaron por alto que necesitaban una cola como la de los pájaros para aterrizar con éxito.
Durante siglos el vuelo de las aves siguió inspirando a los estudiosos pioneros, siendo Leonardo da Vinci el más famoso de ellos. Su ornitóptero nunca llegó a construirse, pero Da Vinci comprendió que los músculos humanos eran demasiado débiles para mover las alas y que se necesitaba una fuerza propulsora mayor.
Hasta el siglo XIX fueron numerosos los intentos de construir máquinas voladoras que, poco a poco, fueron evolucionando hasta conseguir el primer aparato capaz de realizar un vuelo controlado y a partir del cual se fueron haciendo mejoras hasta llegar a las aeronaves actuales, con una seguridad cercana al 100% y una más que óptima eficiencia energética.
Algunos inventores, como el alemán Otto Lilienthal, se centraron solo en planear, controlando la dirección con el cuerpo. Otros, como Augustus Herring, William Samuel Henson, Samuel Langley, Hiram Maxim o Clément Ader, trataron de avanzar en la propulsión, pero las pesadas máquinas de vapor de la época no eran adecuadas. El británico George Cayley, considerado el padre de la aerodinámica, destacó por su estudio científico del vuelo, definiendo el concepto del avión como se entiende hoy: un aparato de ala fija con sistemas separados de elevación, propulsión y control.
Línea de tiempo
875 – Abbás Ibn Firnás (Málaga, España) salta desde un lugar elevado con unas alas de madera cubiertas de seda y plumas. 1010 – Elmer de Malmesbury, recorre 200 metros con un aparato similar al de Abbás Ibn Firnás. 1783 – Los hermanos Montgolfier crean el globo aerostático. 1785 – Jean Pierre Blanchard y John Jeffries cruzan en globo el Canal de La Mancha por primera vez en la historia. 1843 – William Henson registra la primera patente de una aeronave equipada con motores, hélices, y provista de un ala fija. 1852 – Henri Giffard realiza el primer vuelo controlado de un dirigible. 1890 – Clement Ader recorre 50 metros con su avioneta Éole, primer avión que comparte la mayoría de sus características con los actuales. 1903 – Los hermanos Wright realizan el primer vuelo controlado de un aeroplano. 1909 – Santos Dumont consigue despegar sin ayuda de elementos externos. 1909 – Louis Bleriot cruza el Canal de La Mancha con su monoplano Blériot XI en un vuelo de 37 minutos. Se funda DELAG (Compañía Alemana de Dirigibles), la primera línea aérea para transporte de correo y pasajeros. 1914 – Tony Janus realiza el primer vuelo comercial de la historia, de St. Petersburg a Tampa (Florida). 1919 – Se funda KLM, la aerolínea más antigua aún en activo. 1927 – Charles Lindbergh cruza el océano Atlántico en solitario. 1928 – Juan de la Cierva cruza el Canal de la Mancha en su autogiro, inventado en 1923. 1927 – Nace la aerolínea española Iberia. 1932 – Amelia Earhart completa un vuelo transatlántico sin escalas, convirtiéndose en la primera mujer en realizar esta hazaña. 1938 – La compañía alemana Lufthansa realiza el primer vuelo de pasajeros en cruzar el Atlántico. 1944 – Entra en servicio con la Luftwaffe alemana el Messerschmitt, primer avión de combate a reacción. 1947 – Charles Yeager se convierte en la primera persona en sobrepasar la velocidad del sonido, a los mandos de un Bell X-1, el Glamorous Glennis. 1952 – Comienza a operar el primer avión de reacción como transporte de pasajeros, el De Havilland Comet, de fabricación británica. 1962 – El avión cohete North American X-15 se convierte en el primer avión en llegar a la termosfera. 1968 – El primer avión supersónico comercial del mundo, el soviético Tupolev Tu-144, realiza su primer vuelo. 1969 – El supersónico Concorde realiza su primer vuelo. 1976 – El Concorde realiza su primer vuelo de pasajeros. 1977 – El Tupolev TU-144 opera su primer vuelo de pasajeros. 1986 – El Rutan Voyager completa con éxito la primera vuelta al mundo sin escalas y sin repostar. 1999 – El globo Breitling Orbiter 3 da la vuelta al mundo sin escalas, en 19 días y casi 22 horas. 2005 – El avión de pasajeros más grande hasta el momento, el Airbus 380, hace su vuelo inaugural. 2007 – El A380 opera su primer vuelo comercial para Singapore Airlines. 2008 – El piloto suizo Yves Rossy cruza el Canal de La Mancha con un ala rígida en su espalda propulsada por 4 microturbinas. 2009 – Boeing realiza su primer vuelo de prueba con el B787, el primer avión fabricado con materiales compuestos. 2014 – Boeing prueba el primer avión híbrido capaz de recargar baterías en vuelo. 2016 – El avión Solar Impulse 2 completa la primera vuelta al mundo de un aparato propulsado únicamente por energía solar.
¿Quién fue el pionero de la aviación?
Existe gran controversia en lo relativo a la realización del primer vuelo, con dos opiniones encontradas: los que consideran como autor de esta hazaña a los hermanos Wright y los que se decantan por el brasileño Alberto Santos Dumont. Este último realizó en París el vuelo del 14-bis, el primero de un avión en la historia de la aviación mundial logrado sin artificios externos y que quedó registrado y publicado, frente al de Orville Wright que utilizó raíles y catapultas en las pruebas de despegue.
Por otro lado, los hermanos Wright no realizaron muchos vuelos públicos para evitar el robo de información mientras perfeccionaban el aparato lo suficiente como para obtener la patente, por lo que sus vuelos tuvieron pocos testigos, al contrario de Santos Dumont que ponía todas sus invenciones en el dominio público.
Sin embargo, otros aviadores hicieron sus contribuciones en el mundo de la aviación mucho tiempo antes de Dumont o de los Wright, por lo que ese título no debería emplearse con ningún aviador en particular. Lo correcto sería decir que, tanto uno como los otros, alcanzaron ese logro apoyándose en los avances de otros pioneros que, aunque con menos éxito, ya habían intentado volar en aparatos más pesados que el aire, tratando de abordar los problemas del vuelo antes de existir la tecnología necesaria.
Así, el primer vuelo humano del que se tiene constancia se realizó en Paris, el 15 de octubre de 1783, en un globo aerostático sostenido en el aire por uno o más cables sujetos al suelo.
Dos meses más tarde, el doctor Jean-François Pilâtre de Rozier junto al noble F. Laurent D’Arlandes, realizaron el primer vuelo libre en una máquina creada por el hombre, consiguiendo recorrer 8km a 26 metros de altura en un globo de aire caliente inventado por los hermanos Montgolfier. El vuelo duró 25 minutos y tuvo su mayor inconveniente en la falta de gobernabilidad del aparato, que volaba donde el viento le llevase. No obstante, la experimentación de los hermanos Montgolfier se extendió por Europa en el siglo XVIII, favoreciendo la profundización en los conocimientos sobre la relación altitud-atmósfera.
Entre otros inventores, cabe destacar a: Jacques Charles que sustituyó el aire caliente por hidrógeno; Henri Giffard que inventó el dirigible consiguiendo controlar su dirección con timones y motores, o William Henson, que en 1843 registró la primera patente de una aeronave equipada con motores, hélices, y provista de un ala fija, lo que en la actualidad se conoce como avión.
No obstante, la creencia generalizada es que el primer vuelo en un aparato más pesado que el aire fue el realizado por Orville Wright en el llamado Flyer, el 17 de diciembre de 1903 en Kitty Hawk (Carolina del Norte). En realidad, el gran acierto de los hermanos Wright fue resolver el problema del control. Además de incorporar un motor de gasolina, decidieron que la propulsión era un objetivo secundario y priorizaron que el aparato pudiera pilotarse. Durante sus pruebas vieron la necesidad de controlar el movimiento en los tres ejes del espacio: el longitudinal al aparato (alabeo o roll), el de las alas (cabeceo o pitch) y el vertical (guiñada o yaw). Aunque las primeras aeronaves prácticas utilizarían sistemas diferentes a los adoptados por los Wright, sus innovaciones solucionaron el problema del vuelo pilotado.
El éxito de los hermanos Wright aceleró la aplicación de mejoras en los diseños propiciando nuevos hitos. En 1909 el francés Louis Blériot cruzaba el canal de la Mancha de Calais a Dover, y en 1914 se inauguraba, brevemente, la primera línea regular de St. Petersburg a Tampa (Florida) en un hidroavión biplano Benoist XIV, cuyo único pasajero iba sentado junto al piloto en una cabina abierta.
La 1ª Guerra Mundial impulsó el despegue definitivo de la aviación y, a su término, en 1919, se fundaba la aerolínea más antigua que aún sobrevive, la neerlandesa KLM.
En 1927 Charles Lindbergh completaba su famoso vuelo transatlántico en solitario desde Nueva York a París y, al año siguiente, el español Juan de la Cierva cruzaba el canal de la Mancha en su autogiro, un concepto innovador que, sin embargo, no triunfó. En los años 30, las nacientes compañías aéreas comenzaban a operar vuelos intercontinentales, con una lista interminable de escalas. Mientras, la intrépida Amelia Earhart, se dejaba la vida en el empeño de explorar rutas más largas sin paradas. En 1938, un aparato de la alemana Lufthansa fue el primer avión de pasajeros que cruzó el Atlántico sin escalas.
¿Cuándo empezó la aviación en España?
En España se tiene noticia de que, ya en 1793, el inventor Diego Marín Aguilera realizó en Coruña del Conde (Burgos) un vuelo de 360 metros con un artefacto de hierro y plumas de ave, controlado por él mismo, que logró alcanzar aproximadamente 6 metros de altura sobre el punto de partida hasta tomar tierra al otro lado del río. La rotura de uno de los pernos que movían las alas provocó el rápido aterrizaje. A la mañana siguiente, al enterarse los vecinos de lo ocurrido, se mofaron de Marín, creyéndole loco, e incendiaron el aparato.
Sin embargo, no será hasta principios del siglo XX que la aviación, tal y como la conocemos hoy en día, comience a tomar forma en nuestro país.
En 1902, el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo desarrolló un tipo de dirigible que solucionaba el problema de suspensión de la barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban de rigidez al dirigible por efecto de la presión interior, combinando las propiedades de los dirigibles rígidos y flexibles. Tres años después, junto a Alfredo Kindelán (considerado el fundador del actual Ejército del Aire), Torres Quevedo construye el primer dirigible español, denominado España. A raíz de aquí, empezó la colaboración entre Torres Quevedo y la empresa francesa Astra y en 1911, se inicia la fabricación de los dirigibles conocidos como Astra-Torres. Algunos ejemplares fueron adquiridos por los ejércitos francés e inglés a partir de 1913, y utilizados durante la Primera Guerra Mundial en muy diversas tareas, fundamentalmente de protección e inspección naval.
En 1918, Torres Quevedo diseñó, en colaboración con el ingeniero Emilio Herrera Linares, un dirigible trasatlántico, al que llamaron Hispania, con objeto de realizar desde España la primera travesía aérea del océano Atlántico. Por problemas de financiación el proyecto se fue retrasando y fueron los británicos John William Alcock y Arthur Whitten Brown los que lograron esa hazaña, en 1919, volando desde Terranova a Irlanda en un bombardero de la Primera Guerra Mundial.
En 1923, el autogiro, inventado por el ingeniero español Juan de la Cierva, logró recorrer 200 metros en su primer vuelo. Más tarde, en 1924, realizaría el primer vuelo entre aeródromos desde Getafe a Cuatro Vientos.
Paralelamente, en la primera década de 1900, tras el vuelo de los hermanos Wright, la emoción por los aeroplanos llega a España. Tanto Herrera como Kindelán, militares con el título de pilotos de globo y dirigible, se convirtieron en devotos de estas máquinas e instaron a sus superiores a que adquirieran aeronaves en el país vecino. El interés castrense se vio fortalecido por la visita del rey Alfonso XIII a la escuela de los Wright en Pau. Desde ese momento, el monarca se mostraría muy interesado por la evolución de la Aviación, vinculando a la monarquía con los logros alcanzados en nuestro país por esta disciplina aeronáutica. Con estos antecedentes, podemos afirmar que la historia de la aviación española comenzó por dos vías muy diferentes: la militar, a través de los oficiales de ingenieros que establecieron en Cuatro Vientos su centro de ensayos; y la civil, por medio de entusiastas que recurrían a su propia hacienda o al patrocinio de otros para costearse un aeroplano.
No obstante, no sería hasta el año 1909 cuando la hazaña del cruce del Canal de la Mancha por parte de Louis Bleriot, la reunión aeronáutica de Reims y el primer Salón Aeronáutico de París, que la aviación repercutiera efectivamente entre los españoles. Buena prueba de ello es que en la capital francesa se presentó el primer aeroplano construido por un español, Antonio Fernández, diseñador de moda femenina, con el que perdió la vida el 6 de noviembre de 1909, pero cuyo modelo fue adquirido por un constructor francés que lo usó en una escuela de aviación.
El primer vuelo de un avión español se produjo en el 5 de septiembre en la localidad de Paterna (Valencia), donde el ingeniero industrial Gaspar Brunet puso en manos del piloto Joan Oliver un biplano con el que hizo un vuelo corto. Así dio comienzo una nueva industria que aportaría cientos de aparatos al floreciente mundo de la aviación.
Si bien, en un principio, estas aeronaves se utilizaban para transporte de correo, en las décadas de 1920 y 1930, la aviación comercial para el transporte de pasajeros comenzó a despegar en España. Se fundaron compañías aéreas emblemáticas como Iberia (fundada en 1927 y aún activa) que establecieron rutas nacionales e internacionales, conectando España con el mundo.
En las décadas de 1960-1970, la aviación española dio un gran salto hacia adelante con la incorporación de los a aviones a reacción. El mítico “Caza del Siglo”, F-4 Phantom II, se convirtió en el emblema de la Fuerza Aérea Española.
Al mismo tiempo, la aviación comercial también experimentó una revolución en España. La incorporación de aviones de fuselaje ancho, como el Boeing 747, el DC-10 o el Airbus A300, permitieron un aumento de la capacidad de pasajeros que catapultó nuestro país hacia una nueva era de la aviación global.
¿Cuándo se inventó el primer avión?
Ante la pregunta de quién y cuándo se inventó el avión, la creencia más extendida es que fueron los hermanos Wright. Realmente, lo que hicieron estos personajes históricos en 1903, fue completar el primer vuelo tripulado. Aunque sobre esto también planea cierta controversia pues, dependiendo de la fuente consultada, esta hazaña se le atribuye al aviador brasileño, Santos Dumont, quien en 1906 realizó el primer vuelo filmado en presencia de la federación internacional de aviación, al contrario que sus competidores que lo hicieron sin testigos ni evidencias.
Lo que si es cierto es que Leonardo da Vinci fue uno de los primeros en desarrollar el boceto de una nave que pudiera mantenerse suspendida en el aire. En el se inspiraron la mayoría de los inventores dedicados al arte de volar.
A mediados del siglo XIX, en 1843, el inglés William Samuel Henson, patentó el primer prototipo de lo que hoy conocemos como avión. Aquel esbozo, que supuso toda una revolución en su época, estaba equipado con un ala fija, hélices y un motor de vapor. Menos de una década más tarde, su amigo John Stringfellow recreó un pequeño avión capaz de «flotar» durante tres segundos.
No obstante, se considera el inventor del avión al ingeniero francés Clement Ader quien, en 1890 llegó a volar 50 metros con su avioneta “Éole”. Si bien se estrelló antes de recorrer 100 metros, éste fue el primer avión que comparte la mayoría de sus características con los que hoy surcan los cielos.
Igualmente, en agosto de 1901, el físico e inventor alemán Gustave Whitehead, habría realizado el primer vuelo a motor pilotado con el numero 21 de sus prototipos. Incluso algunos testigos confirman un vuelo hacia el año 1899. Ninguno de sus éxitos fue registrado o patentado.
Como vemos, poner una fecha exacta a la invención del primer aeroplano es complicado pues nos encontramos con muchos inventores. Lo cierto es que, desde los primeros bocetos de Leonardo da Vinci, todos ellos contaban con el antecedente de diversos prototipos de aviones.
¿Cuál fue el primer avión a reacción?
El motor a reacción comenzó a ser desarrollado en Inglaterra y Alemania en la década de 1930. El británico Frank Whittle patentó un diseño de una turbina a reacción en 1930 y, al final de la década, desarrolló un motor que podía usarse. Paralelamente, el alemán Hans von Ohain, patentó su propia versión del motor a reacción en 1936 y comenzó a desarrollar una máquina parecida. Ninguno de los dos conocía el trabajo del otro, por lo que se les considera a ambos los inventores de dicho propulsor.
A final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania empleaba los primeros aviones a reacción y fabricaba el primer caza a reacción de la historia, el Messerschmitt Me 262.
En cuanto al primer reactor de carácter comercial de la historia de la aviación, fue el De Havilland Comet, de fabricación británica. Este aparato comenzó su operativa como avión de pasajeros en 1952, con una velocidad de 850km/hora y una cabina presurizada y relativamente silenciosa.
¿Cuál fue el primer avión supersónico comercial?
Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos aviadores lograron pasar la barrera del sonido, pero con resultados catastróficos: las fuertes ondas de choque generadas por la velocidad destruían los aviones que no habían sido proyectados para alcanzar esas velocidades.
Llegado 1947, ingenieros estadounidenses pasaron a trabajar en pequeños prototipos de aviones no tripulados. Los buenos resultados obtenidos en estas pruebas llevarían a la producción de una serie de aviones que denominaron Aviones X (X-planes en inglés). El estadounidense Charles Yeager se convirtió en la primera persona en sobrepasar la velocidad del sonido, el 4 de octubre de 1947, pilotando un Bell X-1 bautizado como Glamorous Glennis.
En 1962, el avión cohete North American X-15 se convirtió en el primer avión en llegar a la termosfera, pilotado por el estadounidense Robert White. Logró permanecer a una altitud de 95 936 metros durante dieciséis segundos, recorriendo en ese periodo aproximadamente 80 kilómetros. Posteriormente, el X-15 llegaría a los 107 960 metros de altitud, y también se convirtió en el primer avión hipersónico (5 veces la velocidad del sonido), rompiendo diversos récords de velocidad, y superando Mach 6 (seis veces la velocidad del sonido) en diferentes vuelos.
El primer avión supersónico comercial del mundo fue el soviético Tupolev Tu-144, que realizó su primer vuelo el 31 de diciembre de 1968. Sus primeros vuelos de pasajeros no serian hasta 1977, pero por problemas operacionales, dejó de ser utilizado para este fin al año siguiente.
El Concorde, fabricado por un consorcio franco-británico, hizo su primer vuelo a principios de 1969, dos meses después del ruso Tupolev. Sin embargo, fue el primero en comenzar a operar de forma comercial, operando rutas transatlánticas hasta el año 2003 que fue retirado de servicio por su baja rentabilidad.
Ambas aeronaves han sido, hasta el momento, las únicas aeronaves supersónicas comerciales que se han desarrollado.
Desde el primer reactor comercial, el De Havilland Comet en 1952, las mejoras en los aviones han sido innumerables en cuanto a seguridad, controles y otros muchos aspectos técnicos hasta conseguir una alta tasa de fiabilidad en cada operación. En la actualidad, con el cambio climático, los esfuerzos están enfocados, principalmente, en reducir la huella medioambiental.
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