Todo vehículo propulsado por un motor necesita un combustible que lo alimente. Sin embargo, no se utiliza el mismo para el transporte terrestre que para el aéreo. El combustible utilizado en aviación necesita unas características especiales adaptadas al medio en el que se va a consumir y está fabricado para garantizar una operación de vuelo segura.
A menudo la gente se pregunta ¿cuál es el combustible de los aviones? Los aviones utilizan como base de su combustible un compuesto de hidrocarburos denominado queroseno obtenido mediante la destilación fraccionada del petróleo. El queroseno es un líquido oleoso de color amarillento, con fuerte olor y baja viscosidad, una densidad media de 0,8 kg/l aproximadamente, y un punto de congelación de 47 grados centígrados bajo cero. En Rusia se utiliza una variante cuyo punto de congelación es de 60 grados bajo cero, necesario para volar en las bajas temperaturas del invierno ruso.
El nombre comercial de este combustible de aviones es Jet A1, Jet A o Jet B y más allá de servir como combustible, se puede utilizar para el mantenimiento del avión, como por ejemplo, líquido hidráulico o para enfriar el motor. Por otro lado, la gasolina de las avionetas se comercializa como AVGAS.
En la actualidad existen los llamados SAF (Sustainable Aviation Fuel), distintos tipos de combustible empleados en aviones a reacción que poseen determinadas características orientadas a reducir el impacto medioambiental de la aviación. No obstante, todavía es complicado que el combustible de los aviones se sustituya por completo por estos carburantes alternativos.
Entre los distintos tipos de combustible para aviones se diferencian dos tipos esenciales:
Jet A1: El combustible JET A1 es un combustible refinado e incoloro basado en el queroseno. Es el empleado por los aviones de motor de turbina, como los aviones comerciales de líneas aéreas. Es un combustible de alta eficiencia que genera grandes potencias con un consumo relativamente bajo y un punto de congelación en los -47º centígrados. Además, tiene múltiples aditivos disipadores de electricidad estática, siendo el más apropiado para vuelos internacionales de larga distancia. Es el combustible de aviación más común en todo el planeta, a excepción de los Estados Unidos.
Jet A: Basado igualmente en queroseno, es el más habitual en los Estados Unidos. Su punto de congelación es de -40º Celsius, por lo que resulta menos apropiado que el Jet A1 para rutas polares.
Jet B: El Jet-B o JP-54 es el combustible aeronáutico más adecuado para rutas frías. Se basa en nafta (un tipo de petróleo refinado) y queroseno. Su punto de congelación es bajísimo: -60º Celsius, por lo que resulta sin duda alguna el combustible de aviación más apropiado para rutas polares. Este tipo de combustible es empleado especialmente en los Estados Unidos y en algunos aviones de las fuerzas militares.
Como ya hemos dicho, el combustible aeronáutico precisa de unas características especiales necesarias para una operación de vuelo segura. El queroseno está fabricado con esas características con el fin de garantizar la seguridad. A continuación, vamos a ver algunas de ellas:
El octanaje define el poder antidetonante de un carburante en relación a una mezcla de hidrocarburos tomada como unidad base. Se expresa con un número denominado número de octano. La gasolina de aviación, igual que la de los automóviles, se clasifica por número de octano o grados. Cada fabricante de aeronaves especifica el grado del combustible a utilizar para cada motor en cuestión, siendo el más común el denominado 100LL (de color azul). En caso de no poder repostar el combustible recomendado, ocasionalmente se puede utilizar combustible de octanaje superior, en ningún caso de octanaje inferior. Para facilitar su identificación, los carburantes están teñidos de colores, correspondiendo el rojo al 80/87 octanos (ya no se usa), azul al 100/130 y púrpura al 115/145 (solo para grandes motores).
¿Cuánto combustible consume un avión? es algo que despierta mucha curiosidad. Pues bien, aunque va a variar según el modelo, número de pasajeros, kilos de carga, ruta, etc., el consumo de un avión está en torno a los 3 litros por pasajero cada 100 kilómetros, pudiendo llegar a un consumo de 2 litros por pasajero cada 100 km en los modelos más eficientes. Sin embargo, aunque el consumo de combustible de un avión comercial es muy alto, si tenemos en cuenta el número de personas que transporta, es un medio más eficiente que algunos coches del mercado.
Dicho esto, hay numerosos factores que influyen en el combustible que va a consumir un avión. Veamos algunos de ellos:
Los últimos modelos del fabricante Airbus, A350 y A320 Neo, están diseñados para reducir el consumo de combustible. El A350, destinado para largo radio por su mayor tamaño y capacidad de combustible, lo que le proporciona mayor autonomía, es entre un 30 y un 35% más eficiente en cuanto a uso de combustible y en consecuencia a emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. A ello contribuyen los materiales de última generación con los que está fabricado. Por su parte, el A320 Neo, destinado para vuelos de corto alcance, es un modelo tecnológicamente muy avanzado que llega a
La Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) dispone de un protocolo que establece que una aeronave está obligada a tener el combustible necesario para ir a un aeropuerto diferente al de destino en caso de cualquier eventualidad.
Cuando se inicia el vuelo hay que programar el combustible para la ruta más treinta minutos de posibles esperas y la cantidad extra necesaria para llegar al aeropuerto alternativo establecido. Los formularios de vuelo deben incluir cuáles son esos aeropuertos y la documentación debe especificar la autonomía de vuelo con la cantidad exacta de carburante que se lleva a bordo. Las normas determinan que este nunca debe ser el justo para la ruta. La capacidad de los tanques depende del modelo de avión. En un avión comercial grande, para unos 400 pasajeros, podrá ser de unos 200.000 litros mientras que, en una nave mediana, para unos 150 pasajeros, será de alrededor de 30.000.
Por tanto, que un avión se quede sin combustible es bastante improbable. No obstante, si la aeronave se queda sin carburante se le pararán los motores y se apagarán las pantallas de la cabina al no haber ningún tipo de energía eléctrica. En esa situación el avión se mantiene por sustentación o debido al flujo de aire por encima de las alas mientras prosigue su descenso a una velocidad que permita alcanzar mayor distancia con los motores parados.
En este caso, el avión que se está quedando sin combustible mientras hace su ruta debe avisar inmediatamente al control de tráfico aéreo de su situación y declarar la emergencia de combustible. Una vez que se declara dicha alerta, la autoridad de control abrirá el espacio aéreo, despejando la ruta hacia el aeródromo más cercano para que pueda aterrizar lo antes posible.
Las causas por las que esto puede ocurrir son, entre otras, que podría haber despegado sin la cantidad adecuada o porque usó más combustible del programado debido a la utilización del sistema antihielo o al mal tiempo. Igualmente, es importante el drenado de combustible para comprobar que no existe presencia de agua o sedimentos en los conductos que lo transportan hasta el motor y que podrían provocar una obstruccion que impida el correcto flujo de carburante, lo que resultaría en un fallo de motor.
Sin embargo, y por desastroso que pueda parecer, si un avión se queda sin combustible existen unos procedimientos a seguir que proporcionan muchas posibilidades de aterrizar con éxito. En World Aviation Flight Academy enseñamos a nuestros alumnos todos los protocolos necesarios para afrontar cualquier situación con seguridad y profesionalidad.
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